La Meditación
Jacobo Grinberg-Zylberbaum. Debolsillo.
La Meditación
…es muy probable que los primeros seres humanos que lograron una expansión y un desarrollo de la conciencia hayan sido las mujeres. Fueron ellas las que primero tuvieron que conocer la capacidad de su propio cuerpo para crear otra vida y las que reconocieron la identidad entre sus propios ciclos orgánicos y los de la naturaleza.
…las primeras sociedades humanas fueron matriarcales y la conciencia imperante fue la femenina.
La agricultura tuvo que ser inventada por las mujeres, lo mismo que los poblados fijos y las formas de organización que apoyarían la estabilidad. La guerra y la necesidad de conquista y poder fueron invenciones masculinas.
En algunas zonas del planeta, los hombres se acoplaron a la conciencia femenina y aceptaron sus valores, su capacidad de respeto al entorno y su tendencia a sacralizarlo; mientras que en otras el hombre arremetió contra este gobierno afirmando la fuerza de su posición masculina.
La sociedad matriarcal, sedentaria, organizada, respetuosa con la naturaleza, cuidadosa con el entorno y unida a él fue conquistada por la visión masculina agresiva, móvil, activa y guerrera.
Una considerable y cada vez más extensa cantidad de habitantes de nuestro planeta dirigen su mirada hacia la paz, el retorno y respeto a la ecología, el amor y la ternura - y sobre todo la necesidad de cooperar y no competir, de unificarse y no separarse parecería ser el resultado del resurgimiento de la conciencia femenina y su protesta por los destrozos provocados por el dominio de la conciencia masculina.
Los pensamientos y la mente toda deben ser observados con la misma ecuanimidad y desapego con que se atestiguó la respiración, las sensaciones corporales y las emociones.
Todos estos pensamientos deben ser observados como tales aceptándolos, pero sin identificarse con ellos. Más tarde o más temprano, la actividad pensante disminuirá hasta dejar en su lugar el silencio.
“Quien vive el presente con toda su riqueza e intensidad no tiene tiempo para otra cosa.”
- Rajneesh
La observación ecuánime de las sensaciones corporales debe acompañar la vida cotidiana en la que el meditador continúa observando todo lo que acontece con ecuanimidad.
Calma tu mente hasta llegar a un estado de claridad pura y vacío y observa su naturaleza.
En el yoga hindú, se concede una importancia fundamental al logro del silencio.
…es necesario acallar las fluctuaciones de la mente hasta lograr silenciarlas.
La mente, como partícipe de la percepción de la realidad, la distorsiona cuando no está en silencio, es decir, cuando la memoria se encuentra activa y el pensamiento condicionado confunde la realidad con una interpretación personal de esta.
En otras palabras, la actividad mental, de acuerdo con Patanjali, es una especie de filtro o pantalla obstructora que matiza, con su propia textura y color, la realidad.
Solamente cuando la pantalla y los filtros desaparecen, se produce una unión en la cual la realidad se percibe a sí misma. De esta forma, la meditación consistirá en cualquier procedimiento que logre acallar la mente, acabar con sus fluctuaciones para así determinar una inhibición en los procesos de distorsión.
De acuerdo con Yogi Yogenshvar, la concentración en el generador del entrecejo, cuando se realiza con propiedad, activa la aparición de una luz intensa que se abrillanta y expande conforme avanza la concentración.
La meditación en esta "luz divina" activa estados de éxtasis y permite experimentar diferentes sensaciones extraordinarias.
La vida para los Brahma Kumaris es una especie de escenario teatral en el cual cada uno de nosotros lleva a cabo un papel dentro del drama de la existencia. La sabiduría consiste en no confundir el drama con la realidad, sino mantener la conciencia de que se trata de una actuación.
Al estar consciente de ser un personaje del teatro de la vida elige representar su papel de tal manera que siempre avanza como ser humano. En escena, el verdadero héroe ubica el campo de batalla dentro de sí mismo.
Sus enemigos no son los personajes del escenario, sino los obstáculos que crea en su mente o al actuar sin una verdadera conciencia.
Victoria es también mantener la actitud que lo haga ser consciente de su identidad auténtica, con el papel que desea interpretar en la vida. El verdadero héroe vive la victoria con humildad, no se vanagloria de sus triunfos, sino que los vive con una satisfacción interna que lo hace sentirse completo. La verdadera victoria no es, por ejemplo, ganar una discusión, sino transformar un ambiente de fricción en un ambiente sereno y de armonía.
El verdadero héroe siempre experimenta victoria en la derrota y victoria en la victoria. El inspira valor en los demás. Un victorioso no hace que nadie se sienta menos, porque un verdadero héroe victorioso es un otorgador, alguien que eleva a otros.
El verdadero héroe nunca ve a los otros personajes como enemigos, sino que ve en todos la posibilidad de que ellos, también lleguen a ser héroes junto a él. Los verdaderos enemigos con quienes se enfrenta en la batalla son sus propios hábitos o rasgos de personalidad negativa. Sabe que estos se fueron formando al repetirlos constantemente en sus actuaciones del pasado y que llegaron a integrarse en su personalidad, como una hendidura en la tierra que se vuelve cada vez más profunda con el continuo pasar del agua. El verdadero héroe, consciente de esto, modifica su conducta para no profundizar más la hendidura de sus enemigos, sino la de sus cualidades y virtudes. El verdadero héroe es soberano de sí mismo, de sus pensamientos, palabras y acciones.
MEDITACIÓN TAOÍSTA DE LA RISA
No hay duda acerca de los beneficios que produce la risa tanto en la salud personal como en el estado de ánimo y la actitud hacia la vida. Al reírnos activamos la secreción de sustancias hormonales beneficiosas para el organismo, y en el orden social aligeramos nuestras relaciones personales de las tensiones y las cargas emocionales que en ocasiones existen entre nosotros.
MEDITACIÓN ACTIVA
La práctica de la meditación no tiene que estar limitada a la posición de sentado ni a la inmovilidad. De hecho, la meditación debería acompañar toda actividad de la vida cotidiana fortaleciéndola en todas sus manifestaciones, desde el comer, el caminar, el hablar, etcétera.
Se recomienda al meditador observarse durante la actividad, mantener su conciencia y su atención al ingerir los alimentos, al caminar y al hablar. Ninguna de estas actividades tiene por qué realizarse en forma desatenta o inconsciente.,