Epojé
Poner en paréntesis el mundo real, para entrar a un mundo onírico, utópico y acrónimo.
Dejar nuestro juicio y todo aquello que conocemos en suspensión, una especie de pausa mental, para lograr un estado en el que sea imposible negar o afirmar algo, ya que solo de este modo puede llegarse a conocer la realidad sin prejuicios, como quien observa algo por primera vez.
La Epojé se aplica suspendiendo el juicio ante la multitud de impresiones que se presentan a la mente. Al hacerlo, se alcanza un estado de ataraxia (imperturbabilidad o paz mental), evitando así el sufrimiento y la turbación que pueden surgir de creencias erróneas, contradictorias o discusiones viciosas.
La Epojé no es simplemente un concepto abstracto, sino una práctica. Pone de manifiesto la necesidad de un escrutinio cuidadoso, una mente abierta y una postura reflexiva ante la realidad. Invita a escuchar sin juicio, sin respuesta, sin debate. El Silencio reflexivo abona la Epojé.
Desafía la idea de que es posible tener un conocimiento absoluto y certero de las cosas.