El Libro del Té
Kakuzo Okakura.
El Libro del Té
La anchura y la longitud ortodoxas de la sala, que no ha de tener más de diez pies cuadrados, viene determinada por un pasaje del Sutra de Vikramaditya. El «roji», o sea, la galería que atraviesa el jardín y lleva del porche que hace de vestíbulo a la sala del té, simboliza el primer estadio de la meditación, esto es, el paso a la autoiluminación, El «roji» se destinaba a romper todo vínculo con el mundo exterior y a preparar con una sensación de frescura al visitante para el goce de las más puras fruiciones estéticas que le esperan en la sala del té. Nadie que haya pisado el suelo de la avenida que atraviesa el jardín, olvidará la emoción que experimenta su espíritu, cuando se eleva por encima de la vulgaridad cotidiana, mientras pasea a la sombra crepuscular de los árboles de follaje siempre verde y salvando las regulares irregularidades de los guijos recién regados sobre los cuales se extiende una alfombra de agujas de pino secas, entre los fanales de granito cubiertos de musgo. Puede suceder que os encontréis en medio de una gran ciudad y que, sin embargo, fruyáis la sensación de estar entre las espesuras de una selva lejos del polvo y del vértigo de la civilización.
Es una higiene, porque impone la pulcritud; es una economía, porque enseña que el bienestar consiste mas en la sencillez que en la complicación de los dispendios…